Ya sabéis que siento fascinación por los talleres y los lugares de trabajo de artistas y artesanos. Me parecen lugares súper inspiradores. Siempre que veo uno se me van los ojos. Y si además está en un sitio tan fabuloso como este tenía todas las papeletas para enseñároslo por aquí. Se trata de un taller en el jardín, bueno, mejor dicho de 3. Los 3 pequeños talleres que tiene Artemis Russel, o Junkaholique como se llama su blog, en el exterior de su casa.
No me acuerdo muy bien como la descubrí, pero sí que fue un poco antes de venirme a vivir a Londres. Por aquel entonces ella todavía vivía en la ciudad y tenia una pequeña tienda de ropa vintage. Me quede totalmente prendada de su blog, de sus fotos y sobre todo de su sensibilidad. Fue amor a primera vista. Un poco después se mudo con su familia a la Isla de Wright, una preciosa isla al sur de Inglaterra en la que tiene ahora su casa. Si antes todo su universo ya trasmitía calma, ahora es una autentica delicia.
Su blog es una joya que rezuma luz, paz y una cierta decadencia que lo inunda todo. Es imposible no engancharse a sus viajes por la isla con su vieja furgoneta Volkswagen, a su estilo bohemio y tranquilo, a las fotos de su casa o a sus paseos por el campo. Todas sus fotos tienen esa luz y ambiente característico.
Aparte de arreglar ropa vintage que vende después, de rebuscar en mercadillos y Car boot sale para encontrar las piezas más increíbles, realiza pequeñas joyas a mano que vende en su pequeña tienda, Rush.
Como no podía ser de otra manera, su marido también es artesano. Trabaja el cuero y realiza precioso bolsos y carteras. Cuando se mudaron a la nueva casa decidieron que su lugar de trabajo iba a ser un taller en el jardín. Y es que cada uno tiene su lugar de creación dentro de una pequeña caseta de madera. Un espacio pequeñito pero ideal para que cada uno pueda tener su rincón sin necesidad de robarle espacio a la casa.
El interior está lleno de pequeños detalles y objetos vintage que llenan cada rincón.
Han aprovechado el poco espacio al máximo para adaptarlo a las necesidades de cada uno.
Poco tiempo después, decidieron ampliar el espacio, y sumaron a las dos pequeñas cabañas un invernadero donde montar el taller de joyería. Si las dos cabañas ya eran bonitas el invernadero es para caerse de espaldas.
Es un lujazo contar con semejante luz y con esas vistas para trabajar. Poder adentrarte en tu propio espacio para concentrarte y crear.
Cada tarea, cada empresa, tiene su propio espacio. La joyería en el invernadero, la costura en la pequeña caseta blanca, y el cuero en la azul. Una forma perfecta de separar mentalmente cada tarea y a la vez que este todo ordenador.
Si os ha gustado lo que habéis visto hasta ahora, os recomiendo que os adentréis con calma en su blog y os deis un paseo por su cuenta de Instagram. Estoy segura que os va a encantar.
¿Os han gustado? ¿Qué os parece la idea de sacar el taller al jardín? ¿Conocíais su blog?
Todas las fotos son de Junkaholique
6 Comentarios
Son geniales, entre las casitas de madera y el invernadero no sabría en qué espacio quedarme. Gracias por tanta inspiración.
Besitos!
Sii verdad. Es imposible quedarse con uno. Entre que son preciosos y todo el material que tienen dentro… Un besito guapa
¡Que envidia más sana!
Aquí la creatividad tené que surgir sola
Besos
Siii, totalmente cierto. Así crear tiene que ser mucho más sencillo. Yo me iba ahí dentro de cabeza
Un resultado encantador.
Un taller precioso. En estos lugares donde se usa habitualmente objetos punzantes y cortantes es importante tener todas tus herramientas localizadas y bien guardadas para evitar sobresaltos y peligros. Contar con un mueble de carga de herramientas no es mala idea para poder conseguirlo.