Hoy me apetecía hacer un pequeño juego fotográfico en el blog. Una especie de juego de las 7 diferencias pero un poco más especial, y es que solamente hay un cambio entre una foto y la de al lado. Sólo un único cambio, pero uno de esos que consiguen transformar totalmente la percepción de una foto. O al menos eso me parece a mi…
Y es que cuando llega el verano y se acerca la fecha de irse de vacaciones, hay una rutina, un pequeño ritual, que se repite año tras año. Aparte de preparar las maletas y sacar el biquini del armario, toca montar un pequeño zafarrancho en casa para asegurarnos que las plantas sobreviven sin nosotros. Y uno de los pasos imprescindibles de dicho ritual consiste en agrupar todas las plantas de casa en un único sitio.
Una a una vamos retirándolas de sus lugares habituales para juntarlas todas en medio del salón. Y año tras año me sorprende lo vacía que se queda cada habitación sin ellas. Mires a donde mires sientes que falta algo.
Y la sensación contraria cuando vuelves de vacaciones y devuelves cada maceta a su sitio. Con cada una de ellas vuelves a poner un poco de alegría a esa estantería, a esa mesa o a ese alfeizar.
Es increíble la alegría que consigue aportar las plantas a cualquier rincón de una casa. Siempre me ha parecido que ese pequeño toque de verde consiguen crear hogar casi sin esfuerzo.
Por trabajo me ha tocado varias veces pasar temporadas cortas fuera de casa. Dos meses o tres meses en otro país y ciudad en los que vivía en un pequeño apartamento de alquiler. Ya os podéis imaginar que aunque no estuvieran mal, al final esos apartamentos no dejan de ser un poco fríos. Cuesta llamarlos “casa”.
Y siempre acababa comprando una pequeña planta, aunque fuera un cactus. Al menos unas flores que consiguieran dar un pequeño toque de verde y color al ambiente.
Puede que suene un poco exagerado, pero si me fio de los comentarios de la foto que publique el otro día en IG, creo que no soy la única loca de las plantas en la sala 😉
Así que pensado en todo esto se me ocurrió este pequeño juego. Hacer la misma foto con plantas y sin plantas y ver que pasaba. Así que agarre la cámara y fui buscando rinconcitos por casa.
Es cierto que hay lugares en los que si no hubiera macetas, habría colocado probablemente algún objeto decorativo, pero aún así creo que se entiende el argumento, ¿no?
Y vosotros que opináis, ¿Plantas si o no?. ¿También sois unas locas del verde como yo?
8 Comentarios
Las plantas no se llevan demasiado bien con nuestros gatos, después de la última mudanza, solo sobreviven dos plantas de aloe vera. A ver si cuando se vayan estos calores, nos animamos a poner algo más de verde en casa. Saludos!
Es cierto que con animales se hace más complicado… pero creo que hay plantas que no les gustan mucho, no?
El otoño es un momento perfecto, así se pone un poco de alegría en casa 😉
plantas siiiiií!!! pero se muereeeeeeeeeeeeeeeeeen, soy una pésima jardinera porque aun queriéndolas se me van!!! Me han encantado tus fotos, reseguir el con-plantas y sin-plantas. Eres lo más!!!! muá!
Aysss que rabia da cuando se te muere una. Pero seguro que finalmente consigues hacerte con ellas. Ya veras… Siempre es bueno empezar con las crasas o con los cactus, que más agradecidas 😉
Un besote guapa
Me encantan las plantas y el toque verde pero en la terraza de casa hace demasiado calor y las pobres están chamuscadas tras un veranito de mucho sol, a ver si consigo que sobrevivan! Besos
Aysss eso me suena de cuando vivía en Madrid. Ya veras como se recuperan enseguida con el otoño 😉
Verde que te quiero verde! Es lo que le da sensación de vivído a un hogar. Yo tengo unas cuantas por casa y poco a poco irán aumentando de número, porque me gusta el toque que le da a cualquier rincón.
Totalmente de acuerdo Sara. Es lo que da el toque de hogar. Y claro, poco a poco van creciendo. Cambien es genial lo de ir robando esquejes de todo aquel que te invita a su casa 🙂